Revisión rutinaria – una experiencia de horror retro‑futurista que vale la pena.
Revisión rutinaria – una experiencia de horror retro‑futurista que vale la pena.
Introducción
Cuando Routine finalmente salió del limbo de desarrollo de una década, la escena indie de horror estaba llena de curiosidad. Anunciado originalmente para un lanzamiento en 2013 —antes de Alien: Isolation y del infame PT— el juego sobrevivió años de retrasos, una revisión completa del motor y un cambio de un ambicioso diseño procedural a una experiencia lineal más convencional. Ahora disponible en PC, Routine ofrece a los jugadores la oportunidad de explorar una base lunar inspirada en los años 80, meticulosamente diseñada, que resulta a la vez nostálgica e inquietante. Esta reseña desglosa la historia del desarrollo del juego, sus mecánicas centrales, el diseño visual y sonoro, la narrativa y el valor global.
Historia del desarrollo
Routine comenzó como un proyecto ambicioso con metas elevadas:
- Muerte procedural y diseños de niveles aleatorios
- Múltiples finales más allá de una simple elección binaria
- Una estación espacial interconectada con enemigos IA adaptativos
Estos conceptos resultaron difíciles de materializar, sobre todo después de que el equipo cambiara a Unreal Engine 5 en 2020. La revisión eliminó gran parte de la ambición procedural, enfocándose en cambio en una aventura curada, dividida en capítulos. Aunque el producto final es menos experimental, la decisión dio como resultado una experiencia más ajustada y pulida.
Jugabilidad y mecánicas
Bucle central
El juego se divide en capítulos distintos donde exploras una instalación lunar abandonada, resuelves puzles ambientales y te enfrentas a robots hostiles. La herramienta principal, denominada CAT (Control Access Terminal), funciona como un dispositivo multi‑propósito:
- Escaneo de huellas dactilares y códigos de seguridad
- Sobrecarga de electrónica
- Acceso a sistemas remotos
La gestión de batería del CAT añade una capa sutil de tensión: cada carga permite tres usos antes de recargarse, pero las baterías de repuesto son abundantes en toda la base.
Combate y amenazas
Los encuentros iniciales presentan robots centinela que patrullan los corredores. Su comportamiento es sencillo: detectan al jugador, emiten una alarma zumbante y tratan de agarrarlo. Un solo agarre no es letal; el segundo provoca la muerte. Sin embargo, los robots se aturden fácilmente con unos pocos disparos, y la abundancia de baterías significa que rara vez te quedarás sin munición.
En capítulos posteriores aparecen criaturas más agresivas. Aunque aumentan la acción, tienden a resultar molestas más que aterradoras, ya que el ritmo del juego pasa de una tensión atmosférica a un combate directo.
Dirección de arte y atmósfera
Routine sobresale en la narración visual. Los desarrolladores adoptaron una estética retro‑futurista de los 80, evidente en:
- Monitores CRT que muestran escenas tranquilizadoras de la Tierra y comerciales crípticos
- Pasillos iluminados con neón y luces fluorescentes parpadeantes
- Detallado ambientado, como telas colgadas y notas manuscritas, que hacen que cada habitación parezca habitada
El uso de luz y sombra extiende los entornos hacia la oscuridad, creando una sensación de escala e aislamiento. La dirección de arte evoca influencias que van desde la sátira de Paul Verhoeven hasta la fría amenaza de Stanley Kubrick, entregando un mundo simultáneamente hermoso y amenazante.
Diseño de sonido
El paisaje sonoro refuerza la tensión del juego. Los momentos de quietud se ven interrumpidos por repentinos zumbidos metálicos cuando los robots se activan, mientras que pistas de synth‑wave ambientan los pasillos desolados de la estación. Las señales sonoras están cronometradas meticulosamente, haciendo que cada encuentro se sienta intencional y aumentando la atmósfera de horror general.
Narrativa y storytelling
La trama se despliega a través de mensajes de texto, registros de audio y documentos dentro del juego. La actuación de voz es sólida, y la escritura equilibra la exposición directa con detalles peculiares —como hojas de cálculo que explican las funciones del CAT y pizarras que mapean la línea temporal de la estación. Sin spoilers, la historia comienza con una premisa familiar de “IA malvada”, pero evoluciona hacia direcciones más intrigantes e inesperadas, sobre todo hacia el final.
Fortalezas y debilidades
Fortalezas
- Impresionante fidelidad visual para un título indie que corre sobre UE5
- Estilo artístico retro‑futurista cohesivo que sumerge al jugador
- Interacción satisfactoria con la herramienta CAT
- Rendimiento fiable —sin bugs notorios, tartamudeos o caídas de frames
- Atmósfera y diseño de sonido envolventes
Debilidades
- Duración corta (aproximadamente 5‑6 horas) que deja la historia poco desarrollada
- Las secciones de puzles a mitad del juego se vuelven tediosas, especialmente el segmento de gestión de energía en el Capítulo 4
- Los encuentros con enemigos resultan demasiado fáciles, reduciendo el impacto de horror después de la primera media hora
- Profundidad mecánica limitada —sin inventario, salud ni sistemas complejos más allá del CAT
Rendimiento y aspectos técnicos
A pesar de sus texturas de alta resolución y su iluminación compleja, Routine funciona sin problemas en hardware modesto. Los desarrolladores lanzaron un parche de día uno que corrigió problemas menores, y el juego no muestra señales de tartamudeo incluso en las escenas más oscuras y exigentes. Este nivel de optimización es notable para un título indie que utiliza un motor de última generación.
Veredicto
Routine ofrece una experiencia de horror atmosférico y visualmente impactante que brilla sobre todo en su primera mitad, donde la exploración y el diseño sonoro predominan. Las secciones posteriores sufren por puzles repetitivos y un combate poco impresionante, pero el paquete global sigue siendo sólido para su precio. Para los jugadores que buscan un juego de horror conciso, impulsado por la estética y con un toque retro único, Routine es una compra que vale la pena —especialmente cuando está en oferta.
Conclusión: Routine puede no haber cumplido las ambiciones originales, pero su mundo pulido, la dirección de arte convincente y sus mecánicas accesibles lo convierten en un título indie de horror memorable que vale la pena jugar.