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10 juegos que terminan de forma abrupta, dejando a los jugadores insatisfechos


10 juegos que terminan de forma abrupta, dejando a los jugadores insatisfechos

Introducción

Cuando un videojuego genera tensión, lanza explosiones y anticipa un enfrentamiento final, los jugadores esperan una recompensa que ate los cabos sueltos. Sin embargo, algunos títulos cierran el telón antes del clímax, dejando los mandos aún tibios y los cuencos de snacks medio vacíos. Ya sea por limitaciones de presupuesto, problemas técnicos o decisiones artísticas deliberadas, estos juegos ofrecen una conclusión abrupta e insatisfactoria que sigue persiguiendo a sus comunidades. A continuación, un repaso de diez títulos cuyo final se siente más como una despedida al estilo irlandés que como un desenlace triunfal.

1. Rage (2011)

El tan esperado regreso de ID Software tras una pausa de una década.

Rage mostró impresionantes mega‑texturas y una IA de enemigos sólida, pero la narrativa se desvaneció. Después de luchar a través del páramo post‑apocalíptico, los jugadores llegan finalmente a la ciudad de alta tecnología Capital Prime. La misión culmina activando un satélite, solo para que el juego muestre los créditos de inmediato—sin jefe final, sin escena épica, solo un fundido a negro silencioso. El final anticlimático dejó a muchos con la sensación de que la historia se detuvo a mitad de frase.

2. Alien Rogue Incursion (2020)

Un título indie moderno que prometía una experiencia de horror sci‑fi. La historia gira en torno a la extracción de una entidad alienígena de un puesto avanzado dañado. Tras una escena cinematográfica que recuerda a Prometheus, una voz misteriosa guía al jugador a un ascensor secreto. El juego termina abruptamente con un grito sintético y una pantalla negra, dejando el nido alienígena, los laboratorios secretos y los hilos argumentales más amplios colgando para una supuesta “Parte 2” que nunca llegó.

3. Crisis (2007)

Un shooter en primera persona que se sintió más como una demo tecnológica que como un juego terminado. La misión final refleja el clímax clásico de Independence Day: el almirante ordena un ataque nuclear que falla, obligando a una evacuación y a una batalla desesperada contra una nave de guerra alienígena. En lugar de un enfrentamiento decisivo, la misión termina en un cliffhanger, y la secuela, Crysis 2, cambia totalmente de tono y escenario, sin ofrecer resolución al final del original.

4. Kan and Lynch 2: Dog Days (2005)

Presentado como un documental crudo filmado con cámara de mano, el juego sigue a dos mercenarios que atraviesan el inframundo de Hong Kong. La secuencia final los muestra secuestrando un avión y corriendo por una pista vacía mientras son perseguidos por perros. La historia simplemente se detiene—sin epílogo, sin cierre para la narrativa caótica, dejando a los jugadores preguntándose cuál era el propósito del final.

5. Jericho (2007)

Un FPS de mediados de los 2000 conocido por su mecánica de cambio de escuadrón. El clímax enfrenta al jugador contra “el Primogénito”, que resulta ser un bebé inocente. Tras una breve y poco impactante batalla, el villano aparece para rescatar al infante, y los héroes escapan nadando hacia la seguridad. Los créditos se despliegan sin ningún teaser post‑créditos, sin dar pista de continuación a pesar del montaje tipo cliffhanger.

6. Metal Gear Solid V: The Phantom Pain (2015)

Frecuentemente citado como uno de los blockbusters más inacabados. Mientras la campaña principal concluye con una revelación dramática, numerosos personajes y arcos argumentales quedan sin resolver. Misiones planeadas—como la rumoreada Misión 51—fueron recortadas, y la secuela Peace Walker diverge drásticamente, dejando la conclusión de la saga con una sensación de incompletitud.

7. Deus Ex: Mankind Divided (2016)

La narrativa se centra en la caza de unista aumentado dentro de una conspiración mayor. Debido a limitaciones de producción, la segunda mitad prevista del juego fue descartada, convirtiendo la misión de mitad de juego en el acto final. Los jugadores terminan la historia sin llegar a enfrentar al verdadero cerebro detrás de todo, y el mundo se queda congelado abruptamente en un punto medio narrativo.

8. Far Cry 4 (2014)

Tras asaltar la fortaleza del villano Pagan Min, se le ofrece al jugador una elección: matarlo o acompañarlo a esparcir las cenizas de la madre del protagonista. Elegir la opción violenta desencadena un simple disparo y los créditos inmediatos—sin consecuencias, sin resolución. Optar por la ruta emocional requiere una partida completa porque el juego sobrescribe la partida guardada, obligando al jugador a reiniciar para ver el final alternativo.

9. Cheetahmen II (1992)

Un título NES obscuro que formaba parte de una notoria colección no licenciada. juego se bloquea suavemente en el nivel 4, impidiendo cualquier progreso hacia el final previsto. Aunque el cartucho parece completo, los dos últimos niveles son inaccesibles sin hackear, dejando a los jugadores sin cierre narrativo.

10. Saga Frontier: Blue’s Scenario (1999)

Un RPG experimental de Square con múltiples ramas de escenario. La pelea contra el jefe final en el escenario “Blue” se congela a mitad del combate, la pantalla se funde a negro y aparecen instantáneamente las palabras The End. Los desarrolladores afirmaron después que simbolizaba una lucha eterna, pero para los jugadores se siente como un glitch—la batalla nunca concluye realmente.

Conclusión

Un final impactante puede elevar un juego de bueno a legendario, mientras que una parada repentina puede empañar incluso los títulos más técnicamente impresionantes. Ya sea por desarrollo apresurado, recortes presupuestarios o experimentación artística, los diez juegos enumerados comparten una falla común: dejan a los jugadores colgados. A medida que la industria evoluciona, desarrolladores y editores harían bien en recordar que una resolución satisfactoria no es solo un “nice‑to‑have”, sino esencial para una experiencia de juego memorable.

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